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En la literatura, como en muchos otros campos, existe la idea de que para ser exitoso es necesario ser original y revolucionario. Esta idea se basa en la creencia de que las obras que marcan la diferencia son aquellas que rompen con lo establecido y crean algo nuevo.
Reinventar la rueda
Sin embargo, esta idea puede ser contraproducente. En la búsqueda de la originalidad, algunos escritores pueden caer en el error de intentar reinventar la rueda. Esto puede dar lugar a obras que son complejas, confusas o simplemente no funcionan.
Masterizar lo que ya es bueno
En lugar de intentar reinventar la rueda, es posible que los escritores tengan más éxito si se centran en masterizar lo que ya es bueno. Esto significa centrarse en la calidad de la escritura, la construcción de personajes y la trama.
Obras que hacen bien lo que ya está establecido
Las obras que hacen bien lo que ya está establecido son obras buenas y dignas. Estas obras pueden ser tan memorables y duraderas como las que son revolucionarias.
Ejemplos
Hay muchos ejemplos de obras literarias que son buenas sin ser revolucionarias. Por ejemplo, "El Señor de los Anillos" de J.R.R. Tolkien es una obra clásica de la fantasía que sigue los principios básicos del género. Sin embargo, la obra es tan buena porque Tolkien la escribió con maestría.
Otro ejemplo es "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen. Esta novela es una historia clásica de amor y romance que sigue los principios básicos del género. Sin embargo, la obra es tan buena porque Austen la escribió con una prosa elegante y unos personajes memorables.
Conclusión
No es necesario reinventar la rueda para escribir una buena obra literaria. Los escritores pueden tener más éxito si se centran en la calidad de la escritura, la construcción de personajes y la trama. Las obras que hacen bien lo que ya está establecido son obras buenas y dignas.
