Proppy, El Conejo

Miguel Monsivais
Por -
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 Proppy, el conejo

- Cuento por Miguel Monsivais

Un poco de historia antes de dejarles el cuento, que lo podrán encontrar en Instagram, pero bueno, estoy empezando el proceso de creación de la edición prestigiosa de mi libro, para brindar un plus a todo aquel que le guste el como escribo, así que voy a incluir algunos cuentos, si era principiante en la escritura como tal de un libro, imagínense de cuentos, soy muy novato y apenas estoy consumiendo de este tipo de texto, así que bueno, este es mi primer intento de cuento, Proppy el conejo

Proppy el Conejo, vivía en un bosque encantado, dominado por una bruja que vivía en medio del lugar, no era un bosque de cuento de hadas; Proppy de pura casualidad llego al bosque, después de tanto cavar y cavar hasta poder hacer un pozo al que llamar hogar.

La primera noche que llego, escucho a la bruja gritar —¡AaaaH jhajhajha! — tan agudo y alto que en los oídos de Proppy no dejaron de rechinar, y de ahí, supo que tal vez en un pantano había hecho su hogar, al siguiente día, se escuchó un ruido que el conejo inmediatamente identifico —uhh, uhh— y de búhos feroces su imaginación se plagó, entonces entendió que en un bosque hizo su hogar, y de seguro una bruja malvada dominaba el paraje.

Sabiendo que vivía en un bosque, donde había una bruja no tan buena según sus oídos, y búhos feroces acechando, Proppy siguiendo el consejo de sus amigos, y de su instinto, de casa decidió que nunca iba a salir, así que manos a la obra se puso, y con poco de ingenio y planto un par de zanahorias y una que otra patata para comer y disfrutar.

Así pasaron los días de Proppy, escuchando a la bruja y escondiéndose con la sabana hasta la cabeza, oyendo a los búhos y corriendo a ponerse debajo de la cama, cada día Proppy se levantaba con una sonrisa, que se desvanecía cada poquito con el pasar de los días, pensaba y pensaba, que, si pudiera salir y ver el sol, su mirada alegraría, pero el miedo de la bruja y los búhos lo detenían, maldecía y maldecía, por tan mala suerte de haber hecho su casa ahí. Pero resignado decía —Tiempo al tiempo, otro día ya vendrá—

Y paso el tiempo, y pasaron los días, Proppy solo escuchaba y temía, escuchaba y temblaba, Proppy seguro, que esperando el tiempo lo favorecía, un año paso, y Proppy de hogar nunca salió, así que, tomando una zanahoria escuálida y flaquita, de coraje se armó, e intento abrir su puerta de un tirón, pero de tanto tiempo que la puso y no la abrió, la puerta se resistió, dando a Proppy un gran empujón, y dijo —Seguro es el destino, y tengo toda la razón, aún no es tiempo de que salga yo—, —tiempo al tiempo— se dijo y de vuelta a la cama regreso

Pasaron los meses, y de nuevo Proppy se desesperó, de tanto que quería ver el sol, se armo de fuerza y comento —Hoy es el día, hoy veo el sol, aunque me coma un búho, o una bruja me transforme en gusano, de aquí salgo hoy— de nuevo tomo una zanahoria para darse ánimos, y con más fuerza la puerta abrió, de pronto la luz entro, y Proppy vio, que su imaginación todo altero, la atención llamo y un aleteo se escuchó, Proppy inmediatamente se cayó al piso y el muerto se hizo,  —Señor conejo, que bueno que lo miro, desde que llego lo he querido saludar, para darle la bienvenida al lugar—

Proppy asomando la vista, a búho feroz les aseguro que no vio, más bien a un gran amable ave que con energía lo saludo, temeroso pregunto —¿No me vas a comer?, ¿no eres feroz? Y con esto el brujo rio y de un grito llamo —¡Anastasia! ¡Ven a ver a este muchacho! —

Y una risa a lo fondo se escuchó — AaaaH jhajhajha— y de nuevo el conejo al piso se hecho, llego si una bruja, pero no con grano en nariz, ni capa negra y arrugada, más bien una hermosa dama, pelo rizado y mirada cálida, —¿Este es el nuevo vecino pregunto?, desde que supimos de tu llegada con ánimos esperamos invitarte a nuestra merienda diaria—

Proppy de nuevo, asomo la mirada, y con vergüenza, pensó, en todo el tiempo que desperdicio, por esperar a que el tiempo le diera la solución y el cómo actuar, Proppy se levantó, el polvo se quitó, se presento ante los dos, y ahora solo regresa a su pozo, a dormir, Proppy por fin, se despierta y sigue feliz.


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